17 de julio de 2009

Drama Bestial…

Este parece ser el país de los imposibles-posibles, donde todo lo que no debe pasar pasa. No entiendo cómo ni por qué, pero es espeluznante que sea la realidad que vivimos. Si se trapea el piso con los derechos humanos, mucho mas con los de los animales, y si no se respeta la vida ¿Para dónde vamos? Seremos simples fósiles enterrados en las ruinas de nuestros propios errores.
Creo que nos volvimos locos. Desde hace poco según la corte se autorizan las peleas de gallos, la tauromaquia, el coleo y otras actividades cuya principal atracción es el sufrimiento, y/o la dolorosa y lenta muerte de los animales, bajo la excusa de que hacen parte de la expresión cultural del país y es una manifestación artística de las tradiciones mas arraigadas de los pueblos colombianos. Los ecologistas y protectores de animales son unos payasos, esos espectáculos son sólo una celebración, pues estos seres no hablan, entonces no importa que sufran si finalmente a la gente le gusta verlo y de eso viven muchos. ¡Vaya cultura! saciar la sed del sadismo, apostar y vender boletas para ver cómo matan a un toro con punzantes instrumentos o un par de gallos pelean incitados hasta que uno de los dos quede muerto.
Ahora le toca el turno a Pepe, quien desamparado junto a sus otros compañeros se pone en la mira de las autoridades por su estorbosa presencia y peligro de que ocurra una “tragedia” y por eso autorizan legal y abiertamente su cacería bajo decreto. Lo encuentran, Pepe es uno de los hipopótamos de la legendaria hacienda de Nápoles e inmediatamente lo dan de baja. Su cadáver era el trofeo de la efectividad de dicho decreto después de que todos los organismos competentes se echaban el pato entre sí, con el argumento de que no se podía mantener -por presupuesto- a esos animalitos, ya que incurren en demasiados gastos.
No hubo poder humano que lograra salvar la cacería de estos exóticos ejemplares, y como no hay plata para tenerlos, ni para mandarlos a alguna reserva o al menos a un zoológico, pues lo mejor es darles bala y se soluciona el problema, no se invierte mucho y todos duermen tranquilos.
¿Fue una decisión a la carrera? No, todo se hace por el bien del pueblo, finalmente Pepe y los suyos transmiten enfermedades a la gente, los molestan y causan pánico, así que no es bueno tenerlos cerca. ¿Qué si importa? No, son animales, y en Colombia, los animales no sienten, no sufren, un hipopótamo mas, un hipopótamo menos que mas da. Entonces hagamos lo que mejor sabemos hacer que es ponernos el fusil y matar a diestra y siniestra.
Es increíble las locuras que pasan aquí, creo que si se hiciera de adrede no saldría tan bien. El poderío humano reina sobre todas las cosas porque simplemente el hombre es el dueño y señor de todo ser vivo existente en el planeta y en nuestro caso por la tacañería (porque estoy segura de que pueden haber recursos) se tomen semejantes decisiones, así pasó también con la ley de víctimas, se hundió por “plata” y mejor se toma el camino de las balas como la salida a todos los percances inesperados o esperados.
No nos digamos mentiras, ya la vida no importa: Falsos positivos, tauromaquia, desaparecidos, masacrados, Amazonas agonizante, gobernadores que adornan las casas con butacas de patas de elefante, cadáveres de hipopótamos mostrados como trofeo… Todo tiene una buena excusa burocrática y poca validez de las vidas sacrificadas. Si no hay nada mas importante que un fusil entonces sugiero que lo incluyamos en el escudo, y dejemos que el color rojo domine la bandera. Eso sí, de presentarse alguna eventualidad disparen, apunten y fuego. Así podrán dormir tranquilos.