18 de octubre de 2008

El arte de la chacharachería...

Al igual que hablando, me pasa que siento que a menudo echo mucha carreta. Si, esa es mi identidad lírica, algo así como mi huella digital al hablar o escribir sobre cualquier cosa. Y no es que sean siempre mentiras como muchos han de interpretar, ni que tenga alma de culebrero de Antioquia, simplemente es una costumbre de extenderse mas de la cuenta. Los rodeos que le doy a la idea se amplían a su paso con las palabras y aquí en Colombia a eso le llamamos cháchara. Por eso, me considero una chacharachera profesional, en cualquier sentido de la palabra: si he de hablar o si he de escribir.

Un chacharachero profesional es el alumno martirio del profesor, porque al revisar un examen suyo es tan largo que no queda ni un cuadrito libre de la hoja, y esta cargado densamente de una composición lírica bastante compleja producto del afán; así que al profe le cuesta unos minutos mas del promedio leer y aprehender las ideas de su singular alumno -probablemente el también ostenta el título, razón por la cual lo lee hasta el final- Un chacharachero es también muy elocuente y tiene buena retórica; es de los que en una conversación se puede tomar la palabra y mantenerla hasta cuando los bostezos del infortunado interlocutor lo permita. Su utilidad es tal, que en el salón de clases es el compañero típico que en una pregunta en plena exposición daba la respuesta y sacaba de apuros a los demás expositores.

Para mi locuaz humanidad, el don de la extensión de la palabra es algo agradable. No tiene absolutamente nada de malo, entre otras porque un buen chacharachero no suele ser monotemático, tiene tela de donde cortar, por tanto puede hablar de cualquier tema -si es de su agrado- algo que otras personas menos elocuentes interpretan como chismoso o incluso aburridor; yo me temo que no, porque, un chacharachero tiene el beneplácito de hablar lo que le interese y desechar lo que no. Por ejemplo, es una buena persona para tomarse unas cervezas porque el alcohol es una catalizador de la oratoria y el rato se vuelve ameno y agradable con su compañía, pero también es útil cuando se necesita salvar un momento de una reunión y el tema no avanza, él da el empujoncito para que surja la charla y se convierte en el salvador de momentos aburridos, el que pone tema por gusto e inicia la tertulia; casi siempre de una buena calidad intelectual.

Hace poco alguien muy sabio me dijo que el don de la palabra es un arte, y creo que tiene razón; así que si usted, mi querido lector cree ser un buen chacharachero, considérese a si mismo como un verdadero artista; así como el pintor, el poeta, el músico o el escultor; pues sobra aclarar, que un chacharachero no es una persona vacía: simplemente extiende las ideas porque siente encontrar en las palabras un universo de explicación de sus percepciones, así que los habladores (sobre todo de damier) y los chismosos no caben dentro del selecto grupo.
Esa es, también la razón por la cual hay a veces un gran obstáculo: La química, también llamada conexión. Es decir, que no es compatible con todo el mundo; no todos tienen la capacidad de escuchar (o leer) las palabras de un chacharachero, y no todo chacharachero puede entablar con cualquiera una buena conversación, se necesita de una extraña interconexión entre orador-interlocutor que hace que el momento sea ameno y se llegue al clímax lingüístico, se logre el orgasmo de la oratoria y eso sucede con muy pocas personas en realidad.

A mi me han dicho lora, radio viejo, radiola, perdido recién aparecido etc etc, pero eso no me importa. Me gusta echar carreta. Unas veces escrita, otras hablada; a veces soy callada porque no me gusta hablar de todo por diversas razones; unas mas epistemológicas, otras simplemente químicas. pero finalmente es un don agradable, en algunas oportunidades educativo e incluso constructivo, así que la próxima vez que después de un discurso, le digan algo sobre su alocución, siéntase halagado, finalmente es usted un artista, mi querido chacharachero.

12 comentarios:

Átomo dijo...

jajaj me uno al club de los chacharacheros.
Como sabrá usted, honoradísima y respetadísima Nigthwriter, un buen chacharachero es aquél peculiar especímen humano que se caracteriza brillantemente por hacer uso de una extensiva usabilidad gramatical, problemáticamente, esta característica suele volcarse empedernidamente sobre los integrantes de nuestra comunidad por su tediosa e innecesaria rellenabilidad de morfemas, conjugaciones, adjetivos y subjetivos que tras un recorrido visual y postinterpretativo llega a un contexto reflexivo que no deja mucha información concreta establecida en la memoria del lector.
Es un don que no podemos dejar acabar.
Saludos chacharacheros desde Don Blog Pérz.

Anónimo dijo...

A los chacharacheros no se les (nos?) reconoce utilidad social … hasta que abren (abrimos?) un blog.

Anónimo dijo...

Completamente identificado con el termino, chacharachero empedernido soy, que le vamos a hacer, por eso tengo un blog, escribo, escribo y escribo, jajajajaja, me causo muchisima gracia lo que dices y pues si que no lo había pensado asi como lo planteas, pero ahora gracias a ti, cada vez que me digan que hablo mucha 'carreta', me acordare de que soy un artista.... jeje!
Saludos!

AQUIYOSOLITA dijo...

Me uno al comentario de SANDEL, es la unica forma de hacerlo sin que nadie nos calle, Que vivan los Chacharacheros y por hoy no digo más. (Cosa rara). Besotes.

Odd dijo...

Si es problema cuando el chacharachero se queda estancado en el mismo tema... y le da, y le da, y le da.
:)
Yo si echo mucha carreta, pero no creo que sea buena carreta.

Yara dijo...

yo soy una especie rara de chacharachero, puedo echar toda la carreta que quiera en un escenario, pero cuando me bajo soy medio introvertido y asolapado, claro en algunas ocasiones, salvo patrio cuando nadie toma la bandera chacharistica, pero si aparece uno que hable más, pues le cedo la palabra , total tengo el gusto de afirmar que me pagan por hablar jejejeje.

DoctoraCapital dijo...

UY que bueno, me uno al club de radioviejo. Jajaja, china, gracias por el reconocimiento a todos los que como ud disfrutamos de hablar y contar.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

jaajajaja, me uno por completo al comentario de tomáz...

me considero hábil para echar carreta, pero suelo hacerlo en ocasiones que es necesario, por lo normal, cuando alguien me reta a debatir siempre termino destruyendo su argumento con muy pocas palabras, amo la carreta, pero con esa excepción, cuando uno debate, por lo normal alguien que echa carreta al debatir termina contradiciéndose...

estoy absolutamente de acuerdo con eso de la conexión con el receptor, no con cualquiera uno habla por montones, recuerdo con eso a un parcero que decía que nadie hablaba con él más de tres horas sin caer en un tema como fútbol... y ese mismo día hablamos incontables horas... mientras que existen otros seres que al llamar, a uno se le dificulta pasar del "hola como estas", por lo normal uno no sale con esos especímenes.

en fin, mil saludos estimadísima artista, chacharachera o como prefiera ser llamada de parte de una colega :P

Ivan Andrade dijo...

Así es: si a mi me tapan la boca, me salen letreros!!!

Saludos.

Arturo Cendales Herrera dijo...

Hola socia! Me surgen dos comentarios...1. Ahora entiendo porque tus artículos tienen una extensión tan particular, y 2. El hecho de ser chacharachero, otorga el derecho de inventarse palabras como la mencionada, como "chacharística" y todas las variedades que puedan surgir del vocablo?
Saludos socia! un abrazo inmenso!

Anónimo dijo...

Y si me botan del trabajo por andar embobado leyendo sus posts... usted responde?


por aca conociendo (y quedándome)

Andrés Meza Escallón dijo...

Muy buena cháchara, ja, ja, ja :D

Estoy de acuerdo en que uno de los requisitos para echar buena cháchara está en la habilidad para argumentar y sustentar las ideas. Sin eso, qué pereza escuchar leer a alguien tan carretudo que usa muchas palabras para decir nada.

Además yo agregaría que una buena cháchara necesita dejar la puerta abierta para que el interlocutor se sienta motivado a responder. Esos carretazos demoledores que ya lo dijeron todo pues... no invitan a reaccionar como lo estoy haciendo yo con estas líneas.