3 de julio de 2008

Reencuentro con la Poesía ..

Era poco lo que sabía sobre "chelita". Alguna vez cuando niña, me gustaba leer poesía e incluso escribí algunas (aunque no lo crean) nunca faltó en mi casa uno de los rudimentarios libros de esta anónima poeta. Hoy, mas de una década después me encuentro de nuevo con su lírica por coincidencia y reviví viejos momentos; me doy cuenta que mientras yo abandoné ese hermoso hábito que pude haber cultivado, ella continuó escribiendo a pesar de sus adversidades. Que bien por chelita que convencida de su amor por la poesía, sin saber nada de métrica, con sus ojos al punto de la ceguera y a sus 75 años sigue deleitando a Agua de Dios, su pueblo y a los amantes de la poesía con sus versos cargados de sentimientos, realidades y fantasías, mientras las palabras se conjuran para formarlos. Este tributo a esta empírica poeta, aprendiz de la simple praxis y de su ermitaña soledad -a propósito del festival de poesía que está por celebrarse en Medellín. (gracias a confabulación)- es con el fin de compartir uno de sus mas sublimes versos con ustedes, y para darnos cuenta que no se necesita ser erudito en el tema para lanzarse a la aventura de escribir, lo hizo Chelita sin siquiera terminar el bachillerato, tan sólo se necesita el amor por este arte para hacerlo. No juzgaré entonces si sea bueno o malo, simplemente recordar nostálgicamente mi infancia de incipiente y truncada poeta.
LA GAVIOTA
Estaba yo pensando en ser una gaviota
y el rey del cielo gaviota me volvió;
levanté las alas para emprender el vuelo,
bajo la luz del cielo el mar fui a conocer;
las las se levantan cual blancos pabellones
alegres y bullosos a la orilla del mar
se iba a estrellar,
yo seguía volando mirando el bello cielo,
las aguas cristalinas del inmenso mar,
llegó el bello atardecer y l cielo se vestía de púrpura y marfil,
el sol se iba ocultando lentamente allá en el horizonte,
dejando si en el cielo
los bellos árboles, que alegres desfilaban
para adornar el mar
que bello era el paisaje del cielo y el mar
entonces yo me vine para bajar a tierra
venida ya cansada rendida de volar,
mi cuerpo estaba débil, mi cuerpo estaba yerto
mis alas se pegaron no quisieron volar
incliné la cabeza, cerré mis tristes ojos
y en una piedra dura mi cuerpo se estrelló
allí se terminó mi vida por conocer el mar
pero volé al cielo y de allá no volveré a bajar.

(la gaviota, Poemas de Agua de dios para Colombia. 2007)

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